El retraso del toque de queda una hora, hasta las 23.00 h, y la apertura de la hostelería y los comercios más allá de las 21.00 h está cada vez más cerca en la Comunidad de Madrid. Así lo adelantó este miércoles el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, que aseguró que relajarán las restricciones actuales en cuanto tengan el visto bueno de los técnicos de la Consejería de Sanidad.
Previsiblemente, esto sucederá este viernes, cuando ha de revisarse la regulación actual de cara al lunes 15 de febrero, que es la fecha máxima de vigencia. Sin embargo, cabe la posibilidad de que si se operan cambios, entren en vigor antes de ese día, como ya sucedió la semana pasada con la ampliación de los grupos en las terrazas: se dictó el viernes y entró en vigor el mismo día.
Preguntado al respecto, el vicepresidente Aguado no descartó esta posibilidad. "Nuestra voluntad es hacerlo cuanto antes, pero tiene que ser Sanidad la que dé luz verde a esta medida", enfatizó el vicepresidente, en línea con lo que han venido manteniendo tanto él mismo como la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, desde que el pasado 25 de enero se activará el toque de queda a las 22.00 h y el cierre adelantado de hostelería y comercio.
Desde la Puerta del Sol se viene hablando desde hace semanas de que este sector recupere "las horas perdidas" y parece que, de hacerse efectiva este viernes la flexibilización de las restricciones, se contemplará especialmente su delicada situación.Así, la Comunidad plantea no solo que bares y restaurantes puedan echar el cierre más allá de las 21.00 h, si no que barajan darles autorización para hacerlo a la hora que los empresarios quieran siempre que cumplan el toque de queda con el tope máximo que se maneja. Esto es, las 23.00 h. Con esta medida se persigue que los locales puedan exprimir al máximo el turno de cenas, que ahora mismo está comprometido salvo en los casos de envío a domicilio, que con la regulación actual pueden seguir prestándose hasta las 0.00 h.
Que todos estos planteamientos estén ahora mismo sobre la mesa y cerca de convertirse en realidad en la Comunidad de Madrid es la principal consecuencia de la progresiva bajada de contagios que se inició en la región la semana pasada. La transmisión del virus sigue siendo elevada, pues el informe epidemiológico semanal publicado el martes situaba la incidencia acumulada regional en 817 casos por cada 100.000 personas a 14 días, pero el Gobierno autonómico se agarra a la mejora de los indicadores para abrir ligeramente la mano con las restricciones que se tuvieron que dictar al calor de la tercera ola que se inició tras la Navidad. Otras comunidades, como Castilla-La Mancha oExtremadura, también están en la misma senda de relajar medidas porque se repite el patrón de descenso.
De acuerdo con los datos facilitados por la Comunidad, la incidencia ha caído un 18% esta semana con respecto a la anterior y los ingresos se han recortado alrededor de un 13% en el mismo periodo hasta las 4.403 personas hospitalizadas que había este miércoles, 699 de ellas, en UCI. Este miércoles, se notificaron 3.447 nuevos casos de coronavirus y hubo que lamentar al menos 49 fallecidos más por Covid-19 (solo se contabilizan los decesos en hospitales).
Este es el escenario en el que la Comunidad articuló una nueva petición al Ministerio de Sanidad. Esta vez se solicitó que se establezca una cuarentena obligatoria de 10 días para los viajeros nacionales o residentes en España que llegan de Brasil y Sudáfrica. La propuesta busca tratar de neutralizar las nuevas variantes del virus que han aparecido en estos países y que están consideradas más contagiosas, por lo que podrían dar al traste con la incipiente mejoría epidemiológica.
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